Carta #54 - Historias olvidadas de un cuento perdido
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Estimada Caperucita, Anoche escuché tu historia en un bar. Jamás había visto llorar a un lobo y entendí que a veces, las lágrimas ayudan a que no duela tanto una herida. Sé que no tengo nada que ver contigo y quizás hago mal en escribirte. A mi me están buscando y no quiero que me encuentren. Aunque me amen a la distancia, prefiero ser un recuerdo y alejarme, a estar presente y escaparme todos los días. Tu secreto no te condena y ese lobo lo entendería. Caliente ese café y olvídate del pasado. No todo final feliz empieza en un arcoíris. Saludos cordiales, - Un Unicornio Azul.
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